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Poemas

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Antologías

ValentinaGomez

Created on November 21, 2016

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Poemas

ELIGE UN POEMA

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Felipe, L. Vencidos

De León, R. Profecía

Hernández, M.  Para la libertad

Toledo, F. Pero avanzo

Machado, A.  Proverbios y cantares XXIX

Salinas, P. La voz a ti debida

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La voz a ti debida Salinas, P

tuyo (mi día eterno), para una primavera (en mí florida siempre), sin poder vivir ya cuando lleguen sucesivas en ti, inevitablemente, las fuerzas y los vientos nuevos, las otras lumbres, que esperan ya el momento de ser, en ti, tu vida?

Creeré que fue soñado. Que aquello, tan de verdad,. no tuvo cuerpo, ni nombre. Que pierdo una sombra, un sueño más. Miedo. De ti. Quererte es el más alto riesgo. Múltiples, tú y tu vida. Te tengo, a la de hoy; ya la conozco, entro por laberintos, fáciles gracias a ti, a tu mano. Y míos, ahora, sí. Pero tú eres tu propio más allá, como la luz y el mundo: días noches, estíos, inviernos sucediéndose. Fatalmente, te mudas sin dejar de ser tú, en tu propia mudanza, en tu propia mudanza, con la fidelidad constante del cambiar. Di: ¿podré yo vivir en esos otros climas, o futuros, o luces que estás elaborando como su zumo el fruto, para mañana tuyo? ¿O seré sólo algo que nació para un día

Ha sido, ocurrió, es verdad. Fue en un día, fue una fecha que le marca tiempo al tiempo. Fue en un lugar que yo veo.Sus pies pisaban el suelo este que todos pisamos. Su traje se parecía a esos otros que llevan otras mujeres. Su reló destejía calendarios, sin olvidarse una hora: como cuentan los demás. Y aquello que ella me dijo fue en un idioma del mundo, con gramática e historia. Tan de verdad, que parecía mentira. No. Tengo que vivirlo dentro, me lo tengo que soñar. Quitar el color, el número, el aliento todo fuego, con que me quemó al decírmelo Convertir todo en acaso, en azar puro, soñándolo. Y así, cuando se desdiga de lo que entonces me dijo no me morderá el dolor de haber perdido una dicha que yo tuve entre mis brazos, igual que se tiene un cuerpo.

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Proverbios y cantares XXIX Machado, A.

Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar.

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Pero avanzo Toledo, F.

La diferencia entre lo que no sé Y lo que aúlla detrás de la puerta O se cuela en la entreabierta pregunta Que la luz formula está en la palabra Así el silencio se viste de un cuerpo Que no consigo abrazar Nadie espera Y los papeles raspan su vacío Según las reglas que impone la noche Pero avanzo Quizás para perderme O porque quedan resquicios de blanco Y yo necesito encender un fuego Para el invierno de estas viejas letras Quizá para dejar que todo huya Y un verso destruya lo que he callado.

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Para la libertdad Hernández, M

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Retoñarán aladas de savia sin otoño reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida. Porque soy como el árbol talado, que retoño: porque aún tengo la vida. Para la libertad me desprendo a balazos de los que han revolcado su estatua por el lodo. Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos, de mi casa, de todo.

Para la libertad sangro, lucho, pervivo. Para la libertad, mis ojos y mis manos, como un árbol carnal, generoso y cautivo, doy a los cirujanos. Para la libertad siento más corazones que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas, y entro en los hospitales, y entro en los algodones como en las azucenas. Para la libertad me desprendo a balazos de los que han revolcado su estatua por el lodo. Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos, de mi casa, de todo. Porque donde unas cuencas vacías amanezcan, ella pondrá dos piedras de futura mirada, y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan en la carne talada.

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Profecía De León, R

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te regaló uno arsillos y a mí un pantalón de hombre. Yo no te dije «te adoro» pero amarré en tu barcón mi laso de seda y oro de primera comunión. Y tú, fina y orgullosa, me ofresiste en recompensa dos sintas color de rosa que engalanaban tus trensas. — Voy a misa con mis primos. —Bueno, te veré en la hermita. Y qué serios nos pusimos al darte el agua bendita. Mas luego en el campanario, cuando rompimos a hablar: —Dise mi tita Rosario que la sigüeña es sagrá, y el colorín, y la fuente , y las flores, y el rosío, y aquel torito valiente que está bebiendo en el río; y el bronse de esta campana, y el romero de los montes, y aquella línea lejana que la llaman... ¡horisonte! ¡Todo es sagrao: tierra y sielo porque así lo quiso Dió!

Porque sin sé tu marío, ni tu novio, ni tu amante, yo fui quien más t'ha querío, con eso tengo bastante. * * * —¿Qué tiene er niño, Malena? Anda como trastornao, tié la carilla de pena y el colorsillo quebrao. Y ya no juega a la tropa, ni tira piedras al río, ni se destrosa la ropa subiéndose a coger níos. ¿No te parese a ti extraño, no ves una cosa rara que un chaval de dose años lleve tan triste la cara? Mira que soy perro viejo y estás demasiao tranquila. ¿Quieres que te dé un consejo? Vigilia, mujé, ¡vigila! Y fueron dos sentinela los ojitos de mi mare. —Cuando sale de la escuela se va pa los olivare . —Y ¿qué busca allí? —Una niña, tendrá el mismo tiempo que él. José Migué, no le riñas, que está empesando a queré. Mi pare ensendió un pitillo , se enteró bien de tu nombre,

«Y me bendijo a mi mare; y me bendijo a mi mare. Diez séntimos le di a un pobre y me bendijo a mi mare. ¡Ay! qué limosna tan chiquita, qué recompensa tan grande. ¡Qué limosna tan chiquita, qué recompensa tan grande!» ¿A dónde vas tan deprisa sin desirme ni ¡con Dió!? Me puedes mirá de frente, que estoy enterao de tó. Me lo contaron ayer las lenguas de doble filo, que te casaste hase un mé y me quedé tan tranquilo. Otro cualquiera en mi caso, se hubiera echao a llorá, yo, crusándome de brasos dije que me daba iguá. Y ná de pegarme un tiro ni liarme a mardisiones ni apedrear con suspiros los vidrios de tus barcones. ¿Que t'has casao? ¡Buena suerte! Vive sien años contenta y a la hora de la muerte , Dios no te lo tenga en cuenta. Que si al pie de los artares mi nombre se te borró, por la gloria de mi mare que no te guardo rencor. .

Analisis del Poema

Y mientras que tú cantabas yo, inosente me pensé que nos casaba la luna como a marío y mujé. ¡Pamplinas! ¡Figurasiones que se inventan los chavales! Después la vida se impone: tanto tienes, tanto vales; por eso, yo al enterarme que llevas un mes casá, no dije que iba a matarme, sino que me daba iguá. Mas como es rico tu dueño, te vendo esta profesía: tú, por la noche, entre sueños soñarás que me querías, y recordarás la tarde que mi boca te besó y te llamarás «¡cobarde!» como te lo llamo yo. Y verás, sueña que sueña, que me morí siendo chico y se llevó la sigüeña mi corasón en su pico. Pensarás: «no es sierto ná, yo sé que lo estoy soñando»; pero allá en la madrugá te despertarás llorando, por el que no es tu marío, ni tu novio, ni tu amante , sino el que más te ha querío. Con eso tengo bastante.

Por lo demás, tó se orvía. Verás cómo Dios te manda un hijo como una estrella; avísame de seguía, me servirá de alegría cantarle la nana aquella: «Quítate de la esquina, chiquillo loco , que mi mare no quiere ni yo tampoco». Pensarás: «no es sierto ná, yo sé que lo estoy soñando» . Pero allá en la madrugá te despertarás llorando. Porque sin sé tu marío, ni tu novio, ni tu amante, yo soy... quien más t'ha querío... ¡Con eso tengo bastante!

, ¿Qué te gusta más? —Tu pelo. ¡Qué bonito me salió! —Pues, ¿y tu boca, y tus brasos, y tus manos reonditas, y tus pies fingiendo el paso de las palomas suritas? Con la puresa de un copo de nieve te comparé; te revestí de piropos de la cabesa a los pié. A la vuerta te hise un ramo de pitiminí,presioso y a luego nos retratamos en las agüitas de un poso. Y hablando de estas pamplinas que inventan las criaturas, llegamos hasta tu esquina cogíos por la sintura. Yo te pregunté: —¿En qué piensas? Tú dijiste: —En darte un beso. Y yo sentí una vergüensa que me caló hasta los huesos. De noche, muertos de luna, nos vimos por la ventana. —¡Chssss! Mi hermaniyo está en la cuna, le estoy cantando la nana . «Quítate de la esquina, chiquillo loco, que mi mare no quiere ni yo tampoco».

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Analisisi del Poema

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Vencidos Felipe,L

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Por la manchega llanura se vuelve a ver la figura de Don Quijote pasar Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura, y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar, va cargado de amargura, que allá encontró sepultura su amoroso batallar. Va cargado de amargura, que allá «quedó su ventura» en la playa de Barcino, frente al mar. Por la manchega llanura se vuelve a ver la figura de Don Quijote pasar. Va cargado de amargura, va, vencido, el caballero de retorno a su lugar. ¡Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma llanura, en horas de desaliento así te miro pasar! ¡Y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura y llévame a tu lugar; hazme un sitio en tu montura, caballero derrotado, hazme un sitio en tu montura que yo también voy cargado de amargura y no puedo batallar!

Ponme a la grupa contigo, caballero del honor, ponme a la grupa contigo, y llévame a ser contigo pastor. Por la manchega llanura se vuelve a ver la figura de Don Quijote pasar...

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